El próximo libro de Jamie Oliver (Clavering, Reino Unido, 1975) no va de recetas sencillas alegradas con un buen puñado de especias, ni de todo lo que puedes hacer ensuciando solo una sartén, ni de nada que tenga que ver con la cocina. Sus ingredientes son una pizca de aventura, una brizna de amistad, un pellizco de misterio y una cucharada enorme de magia, según lo promociona la editorial Penguin, que tradicionalmente publica sus recetarios. 'Billy y la Aventura Gigante (Billy and the Giant Adventure) es un libro infantil, ilustrado por la madrileña Mónica Armiño, que llegará a las librerías a mediados de abril en inglés y tiene como protagonistas a la manida panda de niños en bicicleta. También estará disponible en audiolibro, con una canción compuesta por el propio Jamie Oliver, que ha enrolado a varios amigos y a su “maravillosa” mujer Jools para poner voces a los personajes.
Con 'Billy y la Aventura Gigante', el chef asume un nuevo reto: él mismo ha reconocido que escribir es una de las cosas que más le cuestan en la vida –es disléxico–, que fracasó en la escuela y que ha dictado la mayoría de sus libros anteriores. Nada de eso le ha impedido convertirse en uno de los autores más vendidos en el Reino Unido, con J.K. Rowling a menudo como la única capaz de hacerle sombra.
Debut en la literatura infantil
Con su debut en la literatura infantil Jamie Oliver previsiblemente no competirá con ella en cuanto al aplauso de la crítica se refiere. Hace tiempo que la prensa inglesa perdió cualquier manía en señalar que el cocinero, que saltó a la fama con solo 24 años con el programa de la BBC 'The Naked Chef', va desnudo. Antes de publicarlo ya le ha caído el titular de The Guardian: “Manténgase alejados de la escritura mediocre de los famosos por Navidad, abogan los autores”. En el artículo, varios escritores de libros infantiles se posicionaban en contra de la avalancha de famosos que se atreven con el género por verlo como una forma fácil de extender su marca, con Jamie Oliver y Paul McCartney como máximos exponentes.
También ha suscitado críticas el nuevo programa de Jamie Oliver en Channel 4, 'Jamie's £1 Wonders', en el que ofrece recetas deliciosas y nutritivas a menos de una libra la porción. Le afearon el tono, más que el contenido: el paradigma de que uno de los cocineros más ricos del mundo, con una fortuna que se estima en torno a los 300 millones de euros, plantee como un reto creativo o un placer la cocina de la pobreza. Le recordaron que millones de sus compatriotas no tienen otro remedio que saber el coste exacto de cada ingrediente y lo que gastan en electricidad cada vez que encienden un electrodoméstico.
El tono de Jamie Oliver no ha cambiado desde que un productor televisivo adivinara su potencial al topar con él en el restaurante italiano River Café de Londres, donde trabajaba a finales de los noventa. Él sigue fiel a su camisa de leñador y cultiva unos modales parecidos, aquel 'hands on' con el que infundió al británico medio una confianza sin precedentes en sus habilidades culinarias con solo animarlo a remangarse y echar el guante a todo lo que no estuviera hirviendo. Jamie Oliver se siente aún aquel chico que creció en un pub de pueblo de Essex entre paletos (cockneys) y gitanos, según él mismo ha declarado, y que hizo allí su primer plato, una tortilla, con solo ocho años. Pero han pasado más de dos décadas desde que saltara a la fama y lo único que permanece inmutable es su estilo.
Millones de libros
El cocinero ha amasado una fortuna, ha vendido 48 millones de libros y ha conseguido una audiencia televisiva de unos 67 millones de personas en 182 países de todo el mundo. En 2019 vivió un cataclismo empresarial: 22 de los 25 restaurantes de su grupo (que incluía restaurantes como Jamie’s Italian, Barbecoa y Fifteen) fueron declarados en bancarrota en Reino Unido y provocaron la pérdida de 1.000 empleos. Y aunque más tarde se pudiera culpar al advenimiento del Brexit de la debacle de sus negocios, lo cierto es que la voracidad con que se expandían ya había hecho saltar las alarmas: Jamie’s Italian pasó de un solo local en Oxford en 2008 a 43 restaurantes a finales de 2016.
“Simplemente nos quedamos sin efectivo. No lo esperábamos y no es normal, en ningún negocio”, confesó el cocinero al Financial Times, noqueado, incapaz de explicar cómo había llegado a esos extremos. El nombre de su cuñado Paul Hunt, al frente de su grupo empresarial desde 2014, comenzó a aparecer en los medios. Jamie Oliver defendió entonces su gestión pero, una vez la tormenta mediática hubo amainado, el marido de su hermana Anna Marie fue destituido en marzo de 2021.
Noticias relacionadasHombre familiar –tiene cinco hijos y está casado desde el 2000 con su novia de siempre–, Jamie Oliver se ha mudado a vivir a su cottage de Essex para escribir, criar a su prole y tomarse la vida con más calma. Se supone. No deja de ser el hombre que sueña a lo grande y se marca retos como mejorar los hábitos alimenticios primero de los británicos, luego de los estadounidenses.
Su idea de la cautela se traduce en contratar a especialistas en apropiación cultural para examinar sus recetas y ahorrarse disgustos como el que le dio su paella con chorizo. Ahora ha comenzado a escribir libros infantiles. Hace poco confesó que no sabía hacer un huevo escalfado hasta un año antes de triunfar con The Naked Chef: lo aprendió en un libro de cocina de Delia Smith en 1998. Y luego mira.
Jamie Oliver, el cocinero británico más famoso, criticado por sus recetas para pobres - El Periódico
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