Como estaba previsto, Eduardo Camavinga se incorporó el sábado a los entrenamientos del Real Madrid en Valdebebas, tan solo un día después del primer grupo que se puso a las órdenes de Carlo Ancelotti. No ha hecho falta más tiempo para que Antonio Pintus compruebe que el francés ha hecho los deberes. Ha sorprendido su buen estado de forma, pero no es de extrañar a la vista del plan que el centrocampista ha seguido a lo largo de las vacaciones. Y es que allá donde se ha ido el jugador, a su lado ha tenido un fisio, un preparador físico para supervisar sus entrenamientos y un cocinero. No es tampoco nada extraño porque ya los tenía en su etapa en el Rennes y se los trajo a Madrid cuando fichó por el club blanco.
Camavinga no quiere que le ocurra como la campaña pasada. Era su primer día en Valdebebas y no sabía lo que le esperaba a las órdenes de Pintus. Como confesó tiempo después en una entrevista, la sesión fue un martirio: "En mi primer entrenamiento... Lo pasé mal físicamente. Creo que casi vomité, hicimos muchísimas cosas, pero me adapté", comentaba.
Será la segunda temporada de Camavinga en el Real Madrid, en la que el jugador quiere mantener esa línea ascendente. Le costó entrar con Ancelotti, pero en el momento decisivo de la campaña terminó jugando un papel más que relevante.
Y es que para Camavinga es un año importante. Ha venido a tope porque confía en que sea el año de su confirmación. Sabe que tiene dura competencia y más con la llegada de Tchouaméni, pero sabe que su sueño de jugar el Mundial de Qatar con Francia en el mes de noviembre es posible, pero pasa lógicamente por tener cierta continuidad con el Madrid.
Camavinga: de vacaciones con fisio, preparador físico y hasta cocinero - MARCA.com
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