El chef guipuzcoano volvió a visitar el plató del famoso concurso de cocina y fue el encargado de llevar a cabo la prueba de la que saldría el primer finalista del programa
«Garrote». Con el puño en alto y su tradicional saludo, Martín Berasategui, volvió a hacer entrar este jueves en las cocinas de Masterchef Junior. Como viene siendo habitual en las últimas temporadas, el cocinero guipuzcoano era uno de los invitados estrella del concurso gastronómico de TVE. Esta vez para acercarse a los fogones y dirigir una de las pruebas estrella del programa: 'seguir al chef'. Los cuatro jóvenes finalistas tenían que replicar uno de los postres más icónicos de la casa de Berasategui paso a paso junto al cocinero. Todo ello con el objetivo de hacerse con la primera chaquetilla que otorgase el pase al duelo final y aspirar a hacerse con el trofeo del 'talent'.
El último programa de la reciente edición de Masterchef Junior arrancaba con los cuatro finalistas: Carla, Olivia, Guillem y Ariel. Los jóvenes aspirantes tenían por delante dos pruebas para hacerse con un hueco en la gran final. Con la entrada de Martín Berasategui en plató ya se imaginaron el alto nivel que contendrían las pruebas y que el pase al último duelo no sería tarea sencilla. Pero pese a los nervios y la tensión por hacerlo lo mejor posible, no dudaron en emocionarse ante la presencia del laureado cocinero guipuzcoano. «Es un lujazo tener aquí a Martín. Es un grandísimo cocinero y para mí, un referente», afirmaba Guillem.
Precisamente, el joven catalán de 12 años fue el mejor en la prueba, replicando casi a la perfección el postre del cocinero. Tanto el jurado, compuesto por Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera, como el propio Martín reconocieron el temple y la concrentación que tuvo Guillem durante toda la prueba, lo que se tradujo en un plato casi idéntico al que exigía Berasategui pese a que contaba con múltiples y complicadas elaboraciones.
Lluvia de elogios entre chef y aspirante
Fue entonces cuando el mítico chef le devolvió los elogios al joven cocinero. «Estoy alucinado de que sea la primera vez que tocas este tipo de técnicas y no he visto nada parecido en mi vida con un chaval tan joven», aseguraba el cocinero. Precisamente, Martín fue el encargado de ponerle la chaquetilla de finalista a Guillem, el mismo que acabaría imponiéndose en el duelo final ante Carla.
Si en la primera de las tres pruebas del programa de anoche el protagonista fue Berasategui, en el duelo final también hubo presencia vasca. Eneko Atxa acompañó a los jueces para la cata y la decisión final. Al igual que hiciera Berasategui, el chef del restaurante Azurmendi destacó la manera de trabajar de Guillem y llegó a decir que tenía «planta de cocinero». Un duelo final en el que el buen hacer del joven cocinero hizo que no hubieran muchas dudas a la hora de tomar el veredicto final.
«Me he ido a la cama muchas veces pensando que no era bueno en nada y la cocina me ha ayudado a creer en mí mismo», reconocía un Guillem emocionado tras hacerse con el triunfo y un premio de 12.000 euros en formación, además de una beca de un año en el Basque Cullinary Center. «Significa un paso de gigante para lo que yo quiero hacer de mayor, que quiero ser chef y tener un restaurante. Esto es un paso para pensar realmente que de mayor puedo dedicarme a esto».
Berasategui y su regalo de Reyes
Durante la aparición de Martín Berasategui en el programa también hubo tiempo para dejar los fogones a un lado y hablar de otras cosas. Además de los nuevos múltiples proyectos en los que está trabajando el 12 estrellas Michelín, Berasategui reconocía que el 6 de enero recibió el mejor de los obsequios posibles. «Los Reyes Magos me han traído el regalo más especial del mundo: soy abuelo. Ha nacido mi nieta Jara». Tras las felicitaciones por parte del jurado y los aspirantes, el cocinero guipuzcoano quiso hacer un pequeño guiño al programa. «Cuando cumpla 8 años la traeré aquí al programa para cocinar con ella, lo prometo».
Martín Berasategui alucina en Masterchef Junior: «Nunca había visto a alguien tan joven trabajar así» - Diario Vasco
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