AFP / Riga, Letonia
Llega el pedido y el robot del restaurante Roboeatz en Riga se pone a trabajar. Tras cinco minutos de movimientos, el plato humeante está listo. Situado bajo un puente desvencijado de cemento, el restaurante está diseñado de tal forma que los clientes pueden observar como se mueve el brazo robótico en los fogones.
También tiene una zona de mesas, aunque la mayoría de los clientes prefieren llevarse la comida a casa ya que en Letonia es necesario el certificado de vacunación para poder comer en el interior. La aplicación de Roboeatz permite a los clientes encargar y pagar su plato antes de ir a buscarlo al café.
“¡La comida está más rica de lo que esperaba!”, dice Iveta Ratinika, una profesora y miembro del consejo de educación de la capital letona. Ratinika va a sugerir a los escolares que vengan a observar el brazo robótico en acción y piensa que podría haber robots que trabajen el la cantina del colegio en “unos pocos años”.
Roboeatz fue creado en enero de 2018 por Konstantins Korcjomkins y Janis Poruks, que dirigen la cadena de comida rápida Woki Toki en Letonia desde 2009. ¿Su objetivo? Revolucionar la industria de la comida rápida.
“Este robot reemplaza entre cuatro a seis empleados, reduce los costes laborales significativamente” dice Poruks, ingeniero de formación. Pero sostiene que la introducción de este tipo de robots no aumentará el desempleo ya que la gente no hace fila para comer hamburguesas. “El robot no reemplazará a gente que quiera hacer carrera en restaurantes y catering, que quiera ser chef o estrella de la cocina. El robot hará los trabajos mal pagados que la mayoría de la gente no quiere”, asegura.
En los últimos años, ha crecido el interés por la tecnología automatizada en la cocina, y durante la pandemia se ha acelerado. En un nuevo restaurante en París, los clientes pueden contemplar a los robots amasando y empacando pizzas a una velocidad de 80 por hora. En EEUU, un robot denominado Sally, de la startup Chowbotics, puede preparar las ensaladas que expende una máquina. Asimismo en Estados Unidos, BreadBot puede amasar hasta 235 hogazas diarias.
El año pasado, la compañía de robots con sede en Reino Unido, desveló un robot de cocina completo que costará unos 347 mil dólares). Roboeatz está diseñado para asumir algunas labores de preparación de alimentos al tiempo que mejora la seguridad alimentaria y elimina los riesgos de infección en las abarrotadas cocinas.
Durante una visita de la AFP esta semana, el brazo robótico estaba programado para preparar tres platos diferentes de pasta. Sus creadores dicen que se le puede programar para hacer centenares de recetas, tener en cuenta los gustos del propietario y las alergias alimenticias.
“El brazo robótico no genera ningún problema, solo lo programamos para hacer lo que necesitamos”, dice Korcjomkins. “El desafío real es diseñar e inventar una cocina entera en torno al robot, que cuente con todos los ingredientes, especias, salsas, y rote las cacerolas para hervir y freír”, dice.
Los cofundadores dicen que el brazo robótico podría amortizarse en dos años como mucho. “De media, en la Unión Europea, un empleado de cocina cuesta a la compañía en torno a 19 dólares por hora, que incluye salario, impuestos, seguros, formación y todo lo demás”, explica Poruks.
“El robot no necesita seguro médico, sus niños no enferman, no se va de vacaciones o de licencia de maternidad, no se queja no se trae el covid desde casa al trabajo”, agrega. La compañía tiene planes de expansión en Canadá y Estados Unidos y un equipo técnico en Riga para programar los robots.
Un robot cocinero anticipa el futuro de la comida rápida - Diario Pagina Siete
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