«Cocinar mejor y más variado proporciona felicidad». El riojano Javier Romero se ha convertido en diez años en uno de los cocineros españoles más populares a través de internet (cocina-familiar.com), con más de mil quinientos programas en su propio canal virtual de televisión, cuatrocientos mil espectadores y seis millones de seguidores en las redes sociales, además de ser colaborador habitual de TVR y larioja.com. Ahora presenta un nuevo libro 'Las 1001 recetas de Javier Romero' (el viernes 16 de septiembre a las 19 h. en la Casa del Libro de Logroño), con el que los aficionados podrán atreverse con variaciones sencillas de platos de toda la vida, fáciles de elaborar y con ingredientes que cualquiera puede tener en su nevera. «Son recetas que salen del corazón y a las que puedes incorporar tus sabores favoritos, de esta manera las harás tuyas y disfrutarás más», asegura Romero, que presume además de tener también la receta de la felicidad: «Cuando mejoras en tu cocina haces más felices a los comensales y si consigues que tu hogar sea más feliz habrás conseguido que el mundo sea mejor».
– En la era de la alta cocina, usted predica la cocina familiar.
– La alta cocina es para ocasiones especiales. La cocina familiar es para el día a día. Lo mío es una antología de cocina casera, recetas fáciles para variar mucho. Al final utilizamos los mismos ingredientes para hacer mil cosas diferentes y que la gente pueda comer variado en su casa. Si comes variado vas a ser más feliz. Si siempre comes el mismo plato de pasta, por mucho que te guste, te vas a aburrir. Pero si puedes comer la pasta de cuarenta formas diferentes vas a disfrutar más.
«Si el mismo plato cada uno lo adaptamos a nuestro gusto personal el éxito está asegurado»
SOBRE GUSTOS
– ¿Es eso la felicidad?
– Para mí sí y para mucha gente también. Cuando tienes dieciocho años hay muchas cosas que te hacen feliz, cuando tienes cuarenta ya son menos y cuando tienes sesenta solo hay una: comer. Si comes bien tienes media vida ganada porque vas a ser más feliz.
– No volverse loco en la cocina también es importante.
– La cocina no tiene que quitarnos excesivo tiempo. Con poco tiempo y no mucho esfuerzo y con ingredientes normales se pueden hacer recetas espectaculares. La quinoa es un producto que se ha puesto muy de moda y yo todavía no la he cocinado, porque me molestan mucho las modas. Yo soy un cocinero tradicional al que le gusta darle vueltas al cocido. Ayer, por ejemplo, grabé un cocido solo con carne de cerdo, que es mucho más económica. Para los tiempos que corren, eso es importante. Por quince euros nos salió un cocido para comer dos veces seis personas. No hay que volverse loco, hay que ser prácticos.
– ¿La economía familiar empieza por la cocina?
– Yo ahora estoy en una fase ahorrativa y es lo que aconsejo: cocina con tapa, utiliza la olla a presión, no gastes tanta luz, no gastes tanto tiempo... Ya sé que unas alubias quedan mejor haciéndolas dos horas y media en la cazuela, pero yo te enseño algún truquito para que salgan parecidas en la olla y para que el caldo espese, y así te ahorras hora y media de electricidad.
– ¿Cómo hace para seguir aprendiendo? ¿Qué cocina estudia?
– Yo he aprendido de mis mayores y aplico mi criterio personal. No tengo tiempo para ir a estudiar a centros de cocina. Me habría gustado, pero por desgracia no lo he hecho. Todo lo que he aprendido ha sido por mis propios medios. Mi cocina es totalmente autodidacta. Cuando voy a hacer una receta que no he hecho nunca, consulto cinco o seis fuentes diferentes en internet, tomo notas y luego aplico mi criterio personal. Cada uno tiene que cocinar según su propio criterio.
– Ponga un ejemplo.
– Yo digo que la gente no tiene que hacerme caso; tiene que hacerme caso solo en la técnica de cocinado, pero luego cada uno tiene que dar el toque personal. Si a uno le gusta la pimienta, que le ponga pimienta, si le gusta el orégano, pues orégano. Si el mismo plato cada uno lo adaptamos a nuestro gusto personal el éxito está asegurado.
– Creo que usted no es de cocinar con especias.
– Si el ingrediente es bueno no necesita especias. Soy de los que opinan, aunque alguno se me enfade, que las especias se emplean para tapar malos olores en los alimentos. Si el ingrediente es bueno, por qué lo vas a disfrazar. Cuando yo aso cordero le pongo sal, nada más. Yo creo que el sabor lo tiene que dar el ingrediente. ¿Por qué le tengo que poner a un buen solomillo una salsa de pimienta o una salsa roquefort?
– Para tener criterio hay que tener conocimiento de qué cosas pueden funcionar y qué cosas pueden ser un desastre.
– Antes, cuando me preguntaban por mis tres platos favoritos, yo respondía: tortilla de patata, paella y flan de huevo. Ahora me resulta imposible porque voy conociendo tantos platos, hay tanto por descubrir en la cocina que flipas. Muchas veces me digo: ¡pero cómo puede estar tan rico esto y no haberlo comido en mi vida! Me da rabia ir cumpliendo años y no haber probado tantas cosas buenas que hay en la cocina.
– ¿Qué es lo último que le ha sorprendido?
– Una pasta hecha solo con queso. Una receta chicana procedente de Estados Unidos.
– ¿Practicamos la cocina y la dieta mediterránea menos de lo que deberíamos?
– Hay muchos mitos. A mí, el médico me dice que no puedo comer esto o lo otro o lo demás allá porque engorda. Y yo pienso: ¿y la cabeza no tiene importancia? Cada uno tenemos nuestras necesidades. Si quieres hacer dieta, cambia de hábitos: haz más ejercicio, come de todo pero menos cantidades y, si te lo puedes permitir, vete a un nutricionista que te haga un estudio personalizado. Todos tenemos peculiaridades.
– Lleva diez años de éxito a través de internet; supongo que eso también da la felicidad.
– Trabajamos mucho y el trabajo y el éxito son cosas que se retroalimentan. Estuve dos años trabajando dieciséis horas al día todos los días de la semana sin cobrar un duro. Esto es mucho más duro de lo que la gente pueda imaginar. Creo que ahora mi negocio está entre los diez más importantes de España en el sector de blogs de cocina y demás. Me han hecho ofertas de compra por cantidades con siete cifras y he dicho que no. Es el trabajo de mi vida. En estos diez años llevo tantas horas metidas que no tiene precio. Soy feliz trabajando hasta cuando me salen cosas mal. Es algo que vas aprendiendo. Recibo muchos mensajes de gente diciéndome que les he ayudado y eso me satisface muchísimo. Estoy muy orgulloso de poder decir que muchas personas en el mundo hacen mi cocina, han aprendido platos y son más felices.
«Cuando tienes sesenta años solo hay una cosa que te hace feliz: comer» - La Rioja
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