Sus rostros no figuran en portadas de revistas ni copan minutos en programas de televisión. Son unos perfectos desconocidos con chaquetilla blanca y un inmenso poder entre sus manos: alimentar a los jefes de Estado y Gobierno del mundo. El G20 de la gastronomía se ha reunido este semana en Madrid. El Mandarin Oriental Ritz albergó la cumbre anual del club Chefs des Chefs, integrado por 25 cocineros, de los cuales 19 han viajado a España para participar en una cena benéfica y recaudar fondos para la ONG de José Andrés.
«Cuando los líderes, nuestros jefes, se van a reunir en una visita oficial, los primeros que hablamos somos sus cocineros. Nos contamos qué necesidades tienen, qué comen, qué no comen, intolerancias... Ellos tienen un teléfono rojo y nosotros uno azul», bromea Gilles Bragard, fundador y secretario general de Chefs des Chefs.
En la 'gastrodiplomacia' rige una máxima que se les hace difícil cumplir cuando les reúnen en la misma sala con 40 periodistas: la confidencialidad. La mayoría de cocineros está obligado a firmar contratos para no desvelar demasiados detalles de los hombres que mueven los hilos del mundo. «No estamos autorizados a decir cuál es el plato favorito de nadie, a los jefes de Estado y de Gobierno les gusta todo», matiza Bragard. En una ocasión trascendió que a Jacques Chirac le gustaba la cabeza de ternera y cuando viajaba a algún sitio siempre le ofrecían este plato. «George Bush padre confesó que no le gustaba el brócoli, ni de niño ni de mayor ni como presidente de Estados Unidos. Lo que consiguió es que los productores de brócoli se manifestaran delante de la Casa Blanca pidiendo que se retractara».
Christian García, chef de Alberto de Mónaco y presidente del Club Chefs des Chefs
El cocinero monegasco Christian García preside el club Chefs des Chefs desde 2007. Intentamos sonsacar algunos entresijos de las cocinas del Palacio de Mónaco, donde residen el Príncipe Alberto y Charlene, con sus dos mellizos Jacques y Gabriella, de siete años. «Llegué a las cocinas del palacio en 1987. Me llamaron cuando estaba trabajando en el hotel París de Montecarlo. Me ofrecieron cubrir una baja de siete meses y ya llevo 35 años», cuenta en conversación con El Debate, mientras muestra con orgullo las fotos de sus hijos (también) mellizos correteando con Charlene y el Príncipe.
¿Qué suelen comer? «Charlene es una fine gourmet, le encanta la comida saludable y los productos orgánicos que crecen en un huerto ecológico. Tanto ella como el Príncipe son encantadores, gente muy normal. Les gusta todo», añade. Alberto se deja ver casi a diario en las cocinas de palacio, donde el chef de origen andaluz le muestra los productos de temporada o los platos en los que están trabajando. También recuerda con ilusión su primer día en Palacio y su encuentro cara a cara con el Príncipe Rainiero III. Lo primero que le preparó fue un soufflé de huevo con queso.
Pescado y ensalada en la Moncloa
El jefe de cocina del Palacio de la Moncloa, José Roca, lleva 44 años dando de comer a los presidentes de la democracia española. Entró como pinche en la época de Adolfo Suárez y hasta hoy. El equipo de cocina está integrada por seis miembros y a las seis de la mañana encienden el primer fuego. Todas las semanas realiza una propuesta de menús, «que envío arriba para su aprobación», y que se rige por productos de proximidad y saludables. En la mesa, priman las ensaladas y el pescado. Pedro Sánchez se levanta muy temprano y arranca el día con un batido de frutas y un desayuno frugal. Cada día cocina para los mismos comensales, así que el principal reto de Roca es no aburrir.
El cocinero defiende con orgullo su labor y define su trabajo «como el más gratificante que hay porque además trabajamos en muy buen ambiente de equipo».
De este selecto club de cocineros, solo dos son mujeres; Elmarie Pretorius, jefa de cocina del presidente de Sudáfrica y Cristeta Comerford, responsable de cocina del presidente de Estados Unidos, quien se ausenta en Madrid porque está preparando un banquete para 2.000 personas en la Casa Blanca.
A la cumbre asiste Guillaume Gómez, quien estuvo 25 años en los fogones del Elíseo. Sirvió a cuatro presidentes de la República Francesa: Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy, François Hollande y Emmanuel Macron. A Sarkozy nunca le gustaron las largas sobremesas y mandó suprimir la costumbre de sacar una bandeja de quesos con el postre. Sin querer entrar en muchos detalles, desliza que Brigitte Macron le pedía al día unas diez piezas de frutas y verduras.
Antes de finalizar el acto, Bragard recuerda el poder de la gastronomía en las relaciones internacionales. «Mientras que la política a veces puede dividir a las personas, la buena comida siempre las vuelve a unir».
¿Qué comen los jefes de Estado y de Gobierno más poderosos? Hablamos con sus cocineros - El Debate
Read More
No comments:
Post a Comment