El jefe de Innovación del Restaurante Arzak coge lápiz y rotuladores Carioca para dibujar las andanzas de 'Tiburcio', un chef tiburón
Xabier Gutiérrez, jefe del Laboratorio del triestrellado restaurante Arzak desde 1990, es un tipo divertido, ingenioso y bienhumorado que, además, cocina de narices. Lleva a sus espaldas nada menos que 24 libros, la mayoría muy sesudos o trufados de cadáveres exquisitos; no en balde es inventor del 'noir gastronómico' con su aplaudida tetralogía 'Los aromas del crimen'.
Pero la última pirueta de este cocinero de chaquetillas filipinas descacharrantes ha consistido en armar un libro con 30 recetas para cocinar con los niños en las que, además de su saber culinario, ha volcado imaginación y dos centenares de 'pequeideas', ingeniosas «píldoras de saber» para convertir a los niños en curiosos observadores y en aprendices de la realidad. «La mejor manera de aprender es jugar; creo que los niños pueden aprender a comer si jugamos a cocinar con ellos», resume Gutiérrez (San Sebastián, 1960).
Para ayudarnos a semejante tarea, el cocinero se bajó durante el encierro hasta la Librería Aritz, se compró dos cajas de rotuladores Carioca Birello y unas cuantas hojas de papel Michel de 30x40 y fue dando vida al universo submarino de 'Tiburcio, el tiburón cocinero', un marrajo que trastea en los fogones coralinos (calentados por las convenientes descargas de una raya) con sus dos hijos, Tigre y Tora, y su esposa Escuala. Viven en una cueva submarina y el 'aleta de familia' trabaja en una tienda de distribución de sal para los océanos.
Es 'gore' limpiar anchoas
«Se trata de despertar la motivación de los niños para que conviertan la cocina en un juego, se enamoren de ella, aprendan a alimentarse y disfruten con una actividad que es tan fácil como nutritiva. Todo tiene sabor, hay que aprender a apreciar los alimentos y saber que, cuanto más variada sea la dieta de nuestros hijos, mejor se sentirán. La cocina es el mejor lugar para despertar su curiosidad. Y la comida debe entrarles primero por los ojos. Es cierto que, hoy, los alimentos tienen sabores más fáciles, más 'lights', hay menos amargos. Estamos en el siglo XXI», dice el cocinero.
Lasaña de verduras, huevos duros con relleno blandito, anchoas con fresas, sopa de ensaladilla rusa, flan de cerezas, gazpacho de melón, hamburguesa de ternera, merluza frita con piquillos, nuggets de pollo con zanahoria rallada, brócoli con salsa de perejil, sandía líquida o natillas son los nombres de algunas de las elaboraciones que Xabier Gutiérrez invita a preparar en el hogar.
«Que vean que el langostino, visto de cerca, tiene una espada en la cabeza o que te ayuden a limpiar anchoas, una actividad muy gore, son vías de aprendizaje. Preparar juntos una bechamel y comerse luego las croquetas que ellos mismos han elaborado genera estímulos positivos, el mejor camino para el aprendizaje», apunta Gutiérrez (que, también, es psicólogo).
La cocina de Buñuel
«Siempre he empezado dibujando los platos que he creado en Arzak, así que esta tarea de pintar (que le veía hacer a mi padre cuando yo era un niño) no es nada nueva para mí. Ya tenía uno con 16 láminas dibujadas: 'El libro de cocina de Buñuel', que sólo está en mi blog», asegura Gutiérrez.
«Hay que dejarse llevar hasta el fondo de las ilusiones y buscar la receta que más nos motive para cocinar con los hijos (o los nietos, en mi caso). Nuestros niños se pueden convertir en tiburones hambrientos de diversión y conocimiento. Ellos nos ganan en imaginación. Hay que bucear juntos en la profundidad de su fantasía», invita el autor.
El cocinero y escritor Xabier Gutiérrez lleva las recetas a los niños en un libro - Diario Vasco
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