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Karlos Arguiñano lleva más de 40 años en el mundo de la cocina y, en estas cuatro décadas de trabajo, ha conseguido ganarse el corazón y el estómago de muchos españoles. El chef de origen vasco es uno de los cocineros más mediáticos y conocidos de España debido a su larga trayectoria en televisión, con uno de los programas de cocina más longevos del país, que sigue triunfando gracias a sus trucos, sus recetas y a su curioso sentido del humor. En Cocina Abierta, Arguiñano cocina a diario platos caseros y deliciosos que todos podemos recrear en casa.
Pero, además de velar por que siempre tengamos ideas nuevas para cocinar rico y fácil en casa, el cocinero afincado en Zarautz tiene como objetivo personal que aprendamos a comer saludable sin renunciar al sabor. Por ello, la mayoría de sus recetas se basan en ingredientes frescos y sanos, llenos de nutrientes, que se cocinan de forma casera para un plato equilibrado y delicioso. Durante uno de sus últimos programas, el cocinero nos dio un truco infalible para dejar atrás uno de los vicios más perjudiciales a la hora de cocinar: el exceso de sal.
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Al cocinar ingredientes que no tienen demasiado sabor, somos muchos los que acabamos añadiendo sal de más para contrarrestar, incluso después de haberlos cocinado. Sin embargo, este hábito puede resultar perjudicial, especialmente cuando la cantidad de sal que utilizamos excede la recomendada por los expertos en salud alimentaria.
El cocinero Karlos Arguiñano es consciente de este vicio, muy común en las cocinas españolas. Durante una de sus recetas, concretamente una de bacalao fresco con tomates cherry que recientemente preparó en directo, el presentador guipuzcoano explicó uno de sus trucos para darle sabor a nuestros platos sin necesidad de añadir demasiada sal.
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La solución recomendada por Karlos Arguiñano tiene que ver con una planta aromática: el tomillo. Utilizado como condimento, el tomillo puede dar un toque de sabor muy particular a cualquier elaboración. “El tomillo da sabor a un montón de comidas, y así puedes evitar ponerle mucha sal”, explicaba el cocinero mientras esparcía fragmentos de una rama de tomillo fresco sobre la bandeja de bacalao con tomates.
El cocinero guipuzcoano continuaba su recomendación apuntando que no es estrictamente necesario que el tomillo que utilicemos sea fresco, aunque sí es lo más recomendable: “Si no tenéis tomillo fresco, el tomillo de ese que viene en botecitos, el seco, también le va bien. Pero habiendo fresco, le da otra chispa”, aconsejó.
El sodio presente en la sal de mesa es un nutriente esencial, necesario para el mantenimiento del volumen plasmático, el equilibrio ácido-básico, la transmisión de los impulsos nerviosos y el funcionamiento normal de las células. Sin embargo, y aunque su deficiencia es extremadamente improbable en individuos sanos, su exceso es un problema común. Según las estimaciones de la OMS, el consumo de sodio a nivel mundial es de 4310 mg (10.78 g de sal), muy por encima de la recomendación de no consumir más de 2000 mg de sodio (5 gramos de sal) al día, poco menos de una cucharadita.
El exceso de sal en la dieta está relacionado con resultados adversos para la salud, incluido el aumento de la tensión arterial, causando aproximadamente el 30% de la prevalencia de hipertensión. Así mismo, este exceso se ha vinculado con el cáncer de estómago, empeoramiento de asma, osteoporosis (huesos debilitados), cálculos renales, insuficiencia renal, y con la obesidad.
A pesar de lo que piensa mucha gente, la FDA asegura que la mayoría del sodio dietético proviene del consumo de alimentos envasados y preparados, y no de la sal de mesa que añadimos a la comida mientras cocinamos o comemos. No obstante, reducir la cantidad de sal que añadimos a nuestras recetas caseras puede ayudar a controlar este exceso, común en las dietas de diferentes partes del mundo.
El ingrediente que utiliza Arguiñano para sustituir a la sal en muchas comidas: “Le da otra chispa” - infobae
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