No cabe duda de que José Andrés es uno de los chefs españoles con mayor notoriedad a nivel mundial. Nacido en Mieres (Asturias) en 1969, se formó en los fogones del restaurante El Bulli, dirigido por Ferran Adrià. Tras acabar su periodo de aprendizaje, un José Andrés de 21 años decidió irse a Estados Unidos gracias a una oferta para trabajar en el restaurante Paradis Barcelona como cocinero.
Desde entonces, el chef ha triunfado en el país norteamericano, con múltiples restaurantes que sirven comida española y conquistan a los estadounidenses con platos como las croquetas o las patatas bravas. Su labor social, su talento y sus consejos de cocina se suman a su éxito, convirtiendo al chef en uno de los cocineros más queridos en todo el mundo. Andrés ha sido el protagonista de una entrevista para la Cadena SER en la que ha contado cómo fue su experiencia al mudar su vida a Estados Unidos, además de otros temas sociales y gastronómicos.
Ser migrante en tierras estadounidenses no es fácil. Sin embargo, asegura el chef, su situación fue excepcional. “Yo tuve mucha suerte, llegué con trabajo”, cuenta el cocinero, que asegura que tuvo menos problemas de los que podría imaginarse gracias, en parte, a su aspecto. “Si el color de mi piel hubiera sido otro a lo mejor me hubieran llevado a la cárcel o hubieran pasado otras cosas”, asegura el cocinero asturiano.
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El chef ha contado en una entrevista en Gastro SER una de las anécdotas que marcó sus inicios como cocinero en Estados Unidos. Aunque el incidente no sucedió en la cocina, sí fueron las herramientas de trabajo del chef las que causaron este anecdótico problema. Según cuenta el cocinero asturiano, antes de conseguir el pasaporte de EEUU, cuando solo tenía la green card, pasó una noche “en la cárcel”, debido a un problema con un policía de tráfico estadounidense.
Una noche, justo después de salir de trabajar, un policía le paró por exceso de velocidad: ”Igual iba a 30 por una zona de 20″, dice Andrés. Al pedirle que se identificara y abriese el maletero, el agente descubrió que llevaba un gran número de cuchillos afilados. Aunque el cocinero español intentó explicarle al agente que era cocinero de profesión y que esas eran sus herramientas de trabajo, el policía no lo consideró una explicación convincente.
Finalmente, el policía acabó deteniéndole y José Andrés pasó parte de la noche en la celda de “una cárcel”. Todo quedó en una curiosa anécdota pues, por suerte para el cocinero, un compañero llamó a su mujer y consiguió que lo dejaran en libertad.
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El cocinero José Andrés confiesa que pasó una noche “en la cárcel” en Estados Unidos - infobae
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